viernes, febrero 23, 2007

La Casa Kickapoos





















La Casa Kickapoos
Adalberto Zapata
Algunos autores consideran los rituales relacionados con la construcción de la casa como uno de los elementos constitutivos de la identidad de los kickapoos. Grupo originario de los grandes lagos de Norteamérica, guerreros infatigables, aliados de los mexicanos en la guerra de Texas en contra de los gringos y asentados en México desde esa época. La construcción de la casa permite la creación de un espacio sagrado; aunado al ritual de la cacería como fundamental para el grupo, al igual que su vieja tradición de moverse continuamente, de ser viajeros en busca de sus sustentos y su permanencia.
“La casa nos la dio Kysigiata, es de tule; antes aquí se daba, pero ahora hay que ir por él hasta Cuatro Ciénagas, imagínate que nos lo quieren cobrar, pero yo digo, si se da silvestre, sale sólito en el agua, no se requiere mucho para una casa, alcanzaría con una camioneta llena; En Texas nos dejan entrar a los ranchos por tule, nos lo dan, a ellos no les sirve, pero ahora tenemos muchos problemas para conseguirlo, Lázaro nos dijo que hiciéramos casa, que nunca dejáramos de hacerla, es nuestra” (Zapata, 1984: 26)
Es común considerar la casa tipo “Wigwan” como uno de los rasgos distintivos del grupo kickapoo. La casa es el “refugio de las tradiciones; es el hogar, es el templo, es la escuela y el lugar de reunión que permite la reproducción cultural” (Moctezuma;1982,21). En el Nacimiento estado de Coahuila, la familiar forma un núcleo dentro de un espacio definido dentro de este se encuentran dos casas habitables aún cuando solo una esté en uso y la otra permaneciendo en esqueleto o desmantelada. Las dos son renovadas cada año, corresponde a una tradición de tipo místico. Además de esas construcciones habitables, existe la “ramada” o “parasol” que se levanta enfrente de las casas de verano, la cocina - granero, y el recinto o casa lunar utilizado durante los periodos menstruales.
Existen tres tipos de construcción de habitaciones durante el año y dos accesorios; dos formas son dominantes, la elíptica y la cuadrangular, aunque las cinco tienen un carácter religioso en cuanto a su función. Así lo dispuso Kitzigiata, y por lo tanto sirven de abrigo y conservación de la salud; La casa habitación era usada como templo familiar donde se realizaban ritos constantemente.
La construcción de la casa implica un ritual que es ejecutado por una mujer mayor de edad, vestida con una tradicional falda de diferentes colores. La mujer vieja, de cabellos blancos, siempre permaneció sobre el piso, recorriendo lentamente pero con paso firme toda la construcción. Le dio varias vueltas a la construcción y era la que iba por las estelas de tule para acomodarlas en el exterior. De alguna forma, esta mujer imponía el ritmo de la construcción, dando órdenes que las demás mujeres seguían, le preguntaban de vez en cuando algo y ella contestaba con pequeños sonidos. Cuando la estructura de nogalillo quedó firme, la vieja fue hacia el montón de tule, de donde sacó una especie de petate grande hecho con las ramas de tule, secas y tejidas para mantener apretado el material y pueda resistir el agua y cumpla su función de aislante.
Las mujeres construyen la casa, se considera el último reducto del trabajo colectivo del grupo, intervienen no sólo las mujeres que van a habitarla, sino todas aquellas que tienen lazos de parentesco o lazos sociales de cualquier tipo, porque son las mujeres las encargadas de la construcción de las casas y sólo rara vez cuenta con la ayuda del hombre (Moctezuma,1982:21). Los hombres nunca suben a la estructura. Estos tienen la función de recolectar las palmas de sotol, material fundamental para la construcción de la casa, así como los diferentes materiales, los que van agrupado cerca del solar donde se levantará la casa. Pero no intervienen en la construcción de la casa, solo son espectadores.
La construcción de la casa se encuentra inmerso en un ritual, si consideramos que los ritos son actos o conjuntos de actos de carácter repetitivo, estereotipado y simbólico, ejecutados según ciertas reglas, a las que se atribuye al menos en parte una eficacia de orden extraempírico.
Por lo cual podemos plantear que el rito comprende una doble dimensión:
a) una morfología (de qué está hecho).
b) otra funcional (para qué sirve).
Desde el punto de vista morfológico; se da una supuesta institucionalidad, al rito se le caracteriza sobre todo por una acción simbólica que significa algo distinto de cuanto manifiesta en forma directa. Por lo tanto son signos cuyas significaciones son acciones, gestos, comportamientos, indumentarias, figuraciones que además de sus primeros significados tienen otros segundos. En este sentido la construcción de la casa se presenta con las características antes mencionadas, esto es, se presenta como una practica institucionalizada, donde son las mujeres las que la construyen y son guiadas por la mujer más vieja de las constructoras. Esta mujer es la que ejecuta los actos de carácter repetitivo, como es ir y venir con los materiales, y los ejecuta siguiendo ciertas reglas ya que es ella la que va determinando el ritmo de la construcción. Hay que recordar que son las mujeres las que amarran la estructura de la casa, que puede ser visto como un rito, y las que amarran los petates de tule, que serán los que cubrirán la estructura de la casa. La eficacia de lo extraempírico sería algo de lo que deducimos, ya que la casa es también un templo, o sea, que se presentan la doble dimensión de lo sagrado y lo profano.
La casa de forma elíptica o casa de invierno, del tipo “Wigwan” de los grupos algonquinos centrales, se inicia después de determinar lo que podríamos denominar los “focos” de una elíptica; sobre éstos se clavan dos troncos a una profundidad de aproximadamente treinta cm en un hoyo hecho con una espátula de acero, como las que usan los traileros para cambiar las llantas. Los troncos, ya firmes, funcionan como horcones sobre los que se colocan otros troncos a manera de travesaños, los cuales servirán de soporte a la habitación; su colocación es longitudinal, se encuentra alineada hacia el este, rumbo que orientará toda la construcción y en el que se encuentra la entrada. Los materiales para la construcción se encuentran apiñados a unos 20 m de distancia de lo que sería el frente de la casa.
Al quedar fijados los horcones, se inicia propiamente la construcción de la estructura, que irá tomando la figura elíptica propia de este tipo de construcción. La figura se logra poniendo en sucesión los troncos de nogalillo, que formarán un arco en tensión, amarrados por los extremos a los travesaños longitudinales, que a su vez se sostienen por los horcones ya mencionados. Se colocan otros troncos más delgados, también de nogalillo, en forma horizontal, lo que permite desarrollar la estructura lateral con la forma parabólica invertida.
Dentro de los personajes que estaban construyendo la casa había mujeres y hombres, los hombres permanecieron siempre sobre el piso, las mujeres subían al techo para amarrar la casa, en el grupo destacaban dos mujeres, una de más o menos 25 años que vestía pantalones de mezclilla, con una camisa amplia de color azul, el pelo recogido y de bellas facciones, con unos ojos profundamente negros; ella bajó de la casa, tomó una madeja de cuerdas ya cortadas como de 30 cm de largo, las enganchó en su cintura, y con mucha agilidad, volvió a subir al techo de la casa.
La casa tiene dos “brazas” de ancho por cuatro de largo y dos de alto por el centro, tiene forma de horno de pan. Su estructura interna es de arcos de varas y tejidos de palos como cuadros; se utilizan hojas de palma de zotol para atar los cruzamientos de la vara a los rectángulos de cuadros. Adosadas y cubriendo esta estructura van esteras simétricas de tule, de 2.25 m de ancho por 4.50 m de largo, yuxtapuestas para no permitir la entrada del viento o del agua. En la parte central y superior tiene un claro o tronera que sirve de chimenea, de la que pende una cadena, y en su extremo, a guisa de gancho, cuelga el caldero u olla para los cocimientos. La única puerta es de 70 cm de ancho por 1.80 m de alto; va cubierta con una cortina de manta y siempre mira al oriente. Es ocupada de octubre a marzo, y se construye en fechas fijas según indicación del sacerdote del grupo.
La casa cuadrangular es usada en el verano; la elíptica en invierno; la tercera, portátil (como tienda de campaña, hecha de manta y sujetada por tirantes a estacas), se habita durante la cacería, es una estructura muy conocida denominada tipi.
La de forma cuadrangular (odanikani), habitada en el verano (de abril a septiembre) es de una estructura bastante grande, como de 32 m2, con paredes de carrizo y varas o tallos de zotol de seis cm de grueso, más amplia en capacidad de aire, claro para la salida de humo y con un anexo pequeño dedicado a cocina. Tiene también una ramada al frente, mas baja que el techo de la casa, y tepextles para sentarse en el día o dormir en las noches de calor.
Las mismas esteras de tule que sirven para los techos de la casa de verano se usan en las chozas de invierno y en la llamada de “lunación” para las mujeres en menstruación, es mas pequeña y generalmente se encuentra a un lado de la casa familiar.
La construcción utilizada en el verano como cocina y granero o despensa es semejante a la casa de verano pero más pequeña, menos bien terminada y no necesariamente tiene que mirar al oriente. En el techo se distingue una tronera para la salida del humo, la cadena y ganchos para colgar las ollas y un armazón de madera para guardar objetos domésticos.
La Casa Lunar: esta es una estructura utilizada por las mujeres durante la menstruación, se levanta dentro del espacio familiar. Es semejante a las casas de invierno, el techo es de zacate con una abertura que funciona como puerta. Pero de un tamaño mas reducido. Se podría decir que existe una por cada cuatro o cinco casas comunes.
En la casa de invierno se observa un piso de tierra, sobre éste las esteras largas que sirven para dormir, comer y sentarse. La entrada es cubierta con una manta, lo que les permite privacidad completa dentro del interior, donde se colocan tres estelas tejidas en colores diversos, formando un tapiz, en el fondo y a los lados de la casa; se pueden colocar al ras del suelo o sobre tepextles hechos de troncos de árbol y vara a unos 30cm. del suelo. Al centro se encuentra la fogata religiosa, que es mantenida de noche y de día, y calienta toda la habitación por la forma en que esta construida; esto les permite soportar las bajas temperaturas que azotan a la región en invierno (máxima 28; mínima 13.).
En las casas de verano usan tepextles de horcones y varas, sobre los cuales asientan las esteras de tule. El tule requiere agua para su crecimiento, es una planta propia de regiones pantanosas o de riberas de lagos. A ambos lados de la entrada se aprecian los espacios para guardar y preparar los alimentos, así como las cubetas para el agua y la lámpara de kerosén. El fondo de la casa se destina para guardar los baúles y cajas que contienen la ropa y objetos para uso personal.
La religión, si bien sólo se abordó lateralmente esta impregnada de valores que permiten distinguir mecanismos de identidad claramente diferenciados, no sólo por las ceremonias de la media luna, sino que va de más antiguos, si bien ésta se encuentra fuertemente impregnada de valores y rituales modernos tomados de su contacto con otros grupos, en fin, la identidad no está en un rasgo, ni siquiera en un conjunto de rasgos culturales, sino que está en lo que se ha denominado dinámica étnica, esto es, un sistema amplio y complejo de lealtades y autoadscripciones que aparecen ante una necesidad de acción.

miércoles, enero 10, 2007

Museos y Educación


Museos y Educación
Adalberto Zapata
Ponencia presentada al Foro El Museo Nacional de Antropología al siglo XXI, del 24 al 28 de septiembre de 1990, MNA, INAH, México, D.F.
Las siguientes líneas giran en torno a la problemática educativa en el Museo Nacional de Antropología.
Los Museos en México nacen como instituciones con la finalidad de educar, pero no como un fin abstracto, sino que la educación es vista como un mecanismo que contribuye a fortalecer la conciencia y la identidad nacional, reconociendo la pluralidad y la diversidad de pueblos y culturas que han conformado la nación.
Por otro lado, la educación siempre se presenta en crisis, es una característica del mismo proceso educativo, ya que toda generación tiende a determinar lo valioso y significativo de la cultura que requiere ser incorporado a los procesos formales educativos. Al cuestionarnos sobre la función educativa, tendremos que explicitar lo que deseamos transmitir dentro de la acción pedagógica aplicada al ámbito de los museos. Para ello, tendríamos que dar respuesta a las siguientes interrogantes: ¿que deseamos que los museos enseñen? ¿Que cambios deben propiciar los museos sobre el estado cultural de los individuos que los visitan? ¿Cómo se pueden propiciar estos cambios?
Los museos tienen un campo singular dentro de los procesos educativos, ya que por su naturaleza pueden ser utilizados como laboratorios sociales para el estudio de problemas y conocimientos significativos sobre una amplia gama de temas, con la característica singular de que el sujeto educado tiene contacto en diferentes niveles de su percepción.
En este sentido, la didáctica y la pedagogía en los museos va más allá que el salón de clases, no lo suple, sino que es un espacio diferente con procedimientos y técnicas propias. Podemos considerar que el objetivo general de la pedagogía museal, por definición se encuentra en una posición contra corriente con respecto a los objetivos tradicionales de la pedagogía.
Esta incómoda posición proviene de que la actividad educativa de los museos se desarrolla en forma diametralmente opuesta a la práctica cotidiana de la escuela. Una de las características de esta última es enraizar a los alumnos dentro de los sistemas educativos formales, en los que se enfatizan taxonomías de aprendizaje y resultados cuantificables; en cambio, en el museo el alumno se acerca más (o debe hacerlo) a un laboratorio permanente de investigación.
Así, en el ámbito del museo el discurso educativo se opone al tradicional. La acción pedagógica desarrollada en los museos debe contemplarse con criterios diferentes a la actividad educativa de las escuelas; sería ingenuo transplantar métodos y técnicas educativas, generadas dentro de los límites de la actividad escolar, a un museo.
Con base en lo anterior, mencionaremos algunas características que consideramos propias de la educación en los museos:
Por la naturaleza de las colecciones de un museo, el universo que se le presenta a los alumnos va contra corriente de la realidad cotidiana en que se desenvuelven. Entran a un universo diferente. Son extraños entornos, universos exteriores a la experiencia cotidiana de los sistemas educativos formales. El proceso educativo que se desarrolla en el museo no se reduce solo a impactar la sensibilidad de los alumnos.
El alumno visitante se enfrenta a una multiplicidad de objetos y de significados. En el museo los objetos museógraficos se presentan como una provocación que se puede transformar en un ejercicio de la imaginación, la cual los transporta tanto en el espacio como en el tiempo. Es un ejercicio de la imaginación sobre universos diferentes. Entramos en mundos distintos, fuera de la cotidianidad.
Los objetos de los museos son insólitos, si bien su funcionalidad se encuentra cristalizada al ser arrebatada de su contexto original. La realidad que los rodea se ve alterada al extraerlos de su contexto social y colocarlos en exhibición. Así, es necesario reconstruir un nuevo contexto para ellos, atendiendo a la finalidad educativa previamente determinada. En esto consiste la acción pedagógica.
Siendo el objeto expuesto un pretexto, es la ocasión de provocar nuevas emociones en el educando, lo cual es posible si situamos la acción pedagógica dentro de una representación que explique y contextualice los objetos expuestos. Para ello, además de sus cualidades estéticas, debe explorarse su amplia gama de significados.
Así, el proceso educativo generado en el museo debe inducir a la creatividad, dentro de una perspectiva de flexibilidad de los procesos de aprendizaje, incrementando la autonomía del educando, en lugar de tender a la homogeneización -producto de la generalización de conductas preestablecidas. Esta sería una posibilidad de contrarrestar los pobres resultados de las visitas al museo, como se ha comprobado a través de diferentes estudios.
El proceso educativo no consiste sólo en el desarrollo de habilidades; la educación debe plantearse también la necesidad de fomentar actitudes y valores, y de generar autonomía, creatividad y sensibilidad, llevando al individuo a la asimilación de conocimientos relevantes. En este contexto, aprender implica un proceso de indagación, actividad que debe considerarse fundamental dentro del espacio del museo.
Actualmente nadie cuestiona el papel relevante de los museos dentro de los procesos educativos, tanto en el ámbito de la educación formal como de la informal; los museos no son vistos como simples depósitos de objetos extraños, sino que generan información que posibilita el deleite y la comprensión de la pluralidad y complejidad de la cultura humana. A su vez, son un canal que permite la comparación cultural, y con ella un mayor reconocimiento y valoración de la propia cultura. Así, su objetivo en términos educativos no es sólo el deleite estético, sino generar conocimiento sobre la identidad.
Los museos han aplicado diferentes programas para incrementar su labor educativa, programas que han recorrido el espectro de actividades; existen muchos casos exitosos, pero queda una sombra sobre la posibilidad de generar y aplicar un único mecanismo, ya que los visitantes de un museo no tienen las mismas cualidades, ni la misma formación, ni el mismo estado cultural, sino que se encuentran determinados por diferentes influencias generadas por su entorno y tradición cultural, esto es, requieren de una gama de programas diferenciados, si el fin es acercar más el museo a los alumnos en una forma creativa.
La colección etnográfica del Museo Nacional de Antropología nos ubica dentro de la dimensión de la identidad, no sólo la de los otros, sino que nos permite cuestionar nuestra propia identidad como sujetos pertenecientes a una sociedad plurietnica. Los objetos etnográficos no deben ser vistos como objetos aislados que no tienen más que decir que lo formal de su expresión; los objetos tienen que ver con nosotros porque se refieren a una parte de la sociedad; ocupan un espacio, visible para unos, invisible para otros, pero dentro de nuestro propio entorno. La imagen actual que muestran las salas etnográficas en términos educativos no logra trascender la visión folclórica propia del paternalismo. Las colecciones, que en sí mismas son de gran valor didáctico, requieren un nuevo tratamiento en el futuro, donde la dinámica y la riqueza de la vida cultural puedan adquirir su verdadera dimensión. Que "el subir arriba" sea una forma de enfrentarnos con la complejidad de culturas diferentes, pero que están presentes en la sociedad moderna.
Los museos deben dejar su papel de coleccionistas pasivos y eruditos altamente especializados, para enfrentarse activamente a los desafíos de la época; deben erigirse en intermediarios entre el mundo académico y la sociedad. Esto lleva a abordar los complejos problemas de la época en relación con la cultura y la identidad. En este sentido, las salas etnográficas han perdido la capacidad de expresar los procesos de resistencia cultural, tanto del presente como del pasado reciente. Nos hablan poco de las luchas y los combates que han tenido los grupos étnicos en su proceso de conformación.
Las exposiciones deberían concebirse para enfrentar al educando con temas que son objeto de controversia en el contexto social de las etnias, relacionando las problemáticas actuales con hechos del pasado; el museo debería explicitar el proceso de resistencia, las terribles transformaciones, y sus causas, que han sufrido los diferentes grupos étnicos, dentro de una perspectiva crítica.
El museo es por esencia un establecimiento pluridimensional, por lo cual debería dedicar todos los medios a su alcance para mostrar la evolución natural y cultural de las etnias y sus interrelaciones, mediante la exposición, que es su recurso didáctico por excelencia.
Uno de los objetivos educativos de los museos es identificar los problemas y crear un juicio crítico relativo al desarrollo y sus tendencias; transferir un sentimiento de responsabilidad a cada individuo con respecto al desarrollo de las relaciones entre el hombre y la naturaleza, y del hombre con el hombre dentro de un espacio de iguales, respetando su diferencia.
La etnología no puede dejar de lado los problemas generales de los grupos étnicos, debe plantear la problemática dentro de una lectura que va más allá de las dimensiones estrictamente educativas. La función educativa del museo, en última instancia, no está en desarrollar complejos sistemas didácticos, sino en la adecuada disposición museográfica, lo que implica un constante diálogo entre los investigadores, los museógrafos y el personal dedicado a la educación en el museo.
Lo anterior tiene que ver con la problemática de la acción pedagógica; esta requiere para su desarrollo caminar junto con la etnología, para así plasmar una visión museográfica de las etnias más justa y más cercana a los problemas contemporáneos, no como fósiles culturales de un mundo perdido, sino como actuantes en un mundo que cada día nos plantea la necesidad de respetar la pluralidad étnica, fundamento social de las naciones modernas.

martes, noviembre 28, 2006

Homínido esquema de evolución

jueves, noviembre 23, 2006

De Lucy al Neanderthal

De Lucy al Neanderthal. Elementos para la clase de evolución humana
Adalberto Zapata
El presente texto, tiene como objetivo presentar una descripción de algunas polémicas que han desarrollado sobre la evolución del hombre y sus repercusiones en la educación.
Se preguntarán porqué es importante estudiar la evolución del hombre. No podemos negar que vivimos en un mundo donde la globalización ha penetrado todas las estructuras de la sociedad a nivel mundial. Pero por otro lado se presenta también a nivel mundial el resurgimiento de la identidad étnica, como referente y como modelo de respuesta ante el adelgazamiento forzado del Estado.
Actualmente lo que conocíamos como Estado-Nación está desapareciendo y ante esta perdida de organización, surge como respuesta social, la diferencia, la construcción de un ethos diferenciado. En este sentido estamos ante dos situaciones una, la globalización que destruye estados, fronteras, mercados, naciones, y por la que aparecieron con gran fuerza, de la diferencia étnica, sólo por mencionar algunos casos, Bosnia, Chechenia, Québec, Chiapas, etc.
Pero como educadores se requiere tener claro que las diferencias siempre son relativas, ya sean estas de orígenes culturales o biológicos. El hombre, es una especie, a pesar o sobre las diferencias. Esto no requiere decir, que las diferencias no sean válidas, creo que el respeto y la tolerancia hacia la diferencia es lo que debemos inculcar a nuestros alumnos. Somos una especie, lo cual significa la unidad en la diferencia.
La ideología del Neoliberalismo americano, trajo en la época de Ronald Reagan, el creacionismo. La cual intento negar el proceso de evolución de la humanidad. Al grado que aún existen estados en Norteamérica que tienen prohibido enseñar la teoría de la evolución, en las escuelas. Se ha llegado a tal locura que un creacionista comentaba que “el viejo Noe” transportó en un su arca algunos huevos de dinosaurios, ya que no puede negar la existencia de esos animalitos. Sabemos hasta donde pueden llegar los fanáticos de la derecha, para negar la evidencia de la evolución.
La teoría de la evolución sigue teniendo validez, si bien la discusión de la misma ha permitido un resurgimiento llegando a niveles muy sofisticados, como son el análisis del DNA en la placenta de las mujeres, donde la doble hélice, nos demuestra la unidad de la especie. Es decir que el análisis mitocondrial, exclusivo de las mujeres ha permitido seguir las huellas de nuestros antepasados. En donde el estudio del DNA en las placentas donadas por ciento cuarenta y siete mujeres embarazadas de diversas partes del mundo, demuestran un origen único de los homínidos. Mediante la teoría de EVA prehistórica en donde la evidencia molecular de una mujer o un pool genético de 200,000 años, muestra que es África el origen de la especie hominida.
El proceso de hominización es un largo y sinuoso camino, donde se presentan una gama de cambios y de transformaciones. La concepción de cambio está definida en la teoría del equilibrio discontinuo. Que en términos generales se puede exponer de la siguiente forma; los cambios evolutivos no ocurren gradualmente, sino repentinamente, luego de largos periodos de poco cambio. Cuando se habla de "momentos" de impulso evolutivo, pueden estar refiriéndose a un cuarto de millón de años. Esto hay que tomarlo en cuenta cuando se habla del cambio en las sociedades, el gradualismo es una mentira; no se puede hablar de sociedades infantiles, adolescentes o adultas, o lo que han llamado primero, segundo, tercero, o veintavo mundo. El desarrollo, es una combinación de desarrollo desigual. Por lo tanto no podemos instrumentar la teoría evolucionista lineal al estudio del desarrollo social en su conjunto.
Si bien es cierto que, no podemos negar la existencia de sectores altamente productivos y tecnológicamente adelantados al igual que cualquier país desarrollado, pero al mismo tiempo en nuestra sociedad existe el marginalismo y la opresión de estructuras que no son antiguas, o de tiempos remotos, sino que existen para cumplir con el requisito de explotación, si no lo cumplieran ya habrían desaparecido.
Las polémicas actuales.
Ubicación de las polémicas en:
a) El espacio geográfico. En la zona geográfica de el gran valle del Rift que es una enorme y escabrosa cicatriz en la superficie de la tierra, que puede verse desde la luna y se prolonga a través de siete países, desde el extremo sur de Turquía hasta Mozambique. Comenzó a generarse hace 14 millones de años, con gran actividad volcánica, en el llamado triángulo de Afar, en Etiopía, en donde las grandes mesetas africana y árabe se topan debido a la deriva de los continentes, creando un punto caliente en términos geológicos. Es aquí en donde se han dado los grandes descubrimientos de restos de nuestros antepasados, que van de una región desértica llamada HADAR en el norte de Etiopía, al centro del valle del Rift, hasta el antiguo Río Omo, región siempre verde, al lago Turkana en Kenia, a 650 Km al sur de Olduvai.
En la orilla sur del lago Turkana se encuentra el volcán Telekis. Pero en la zona hubo un volcán hoy desaparecido, que permite la datación, por vía de las diferentes capaz de ceniza volcánica que provienen de ciento veinticinco erupciones, que cubrieron toda la zona. Esto unido a los nuevos métodos de datación por medio del argón y del carbón, permite tener fechas que son más o menos correctas.
b) La polémica más, "sabrosa" se establece entre dos hombres que curiosamente tienen la misma edad Johanson y Leakey.
Donald Johanson: Nació en Chicago, hijo de inmigrantes suecos, su madre empleada doméstica, y su padre, un barbero de North Side, un barrio pobre, murió cuando Donald contaba con 2 años de edad. El niño es influenciado por el Dr. Paul Leser, profesor de antropología del seminario Teológico de Hannlfon. Johanson estudió antropología en la Universidad de Illinois, costeándose los estudios por medio de becas y trabajando medio tiempo en el Departamento de Física. Entre la media noche y las cuatro de la mañana, media partículas atómicas.
Doctorado en la universidad de Chicago en el que su tema de tesis, lo construye a partir de las piezas dentales del chimpancé, que comparaba con las de otros antropoides y con las de antiguos hominidos, lo que agudizó su sentido intuitivo de qué hacia a un mono efectivamente un mono, así como sobre qué es lo que hacia a un astrolopitécido y a un humano ser lo que era.
El otro protagonista es Richard Leakey, nacido en Kenia, hijo de Mary y de Louis Leaky considerados como los iniciadores de los trabajos en busca de nuestros orígenes. Si bien Richard fue hijo rebelde con el padre, paso toda su infancia, a su lado, en los campamentos de exploración, en donde a los siete años extrajo de la tierra su primer gran descubrimiento.
En 1967 su padre lo designa jefe de campo en la primera expedición al Río Omo, en Etiopía, entre los estudiantes que asisten a la exploración se encuentra Johanson, de 23 años, este es el primer acercamiento de nuestros polemistas. Richard, en sus viajes al campamento del Río Omo, voló, por el Tukana oriental, donde en la década siguiente extrae cinco mil fósiles de restos prehistóricos. Leakey fue nombrado director del museo de Kenia y redactó una ley sobre restos arqueológicos; lo que le permite aprobar las expediciones a Kenia, obligando que toda expedición este acompañada por un estudiante Keniano, disposición que hay que reconocerle por su interés en preservar los restos fósiles y formar personal de origen negro africano. Leakey sostiene que la posición erecta en los homínidos surge hace unos 10 o 15 millones de años, que se da con la separación de los chimpancés, por lo cual el homo surge hace 4 millones de años.
Restos más famosos que tienen una historia curiosa:
El hombre de Piltdown: Si Inglaterra era la cuna de la revolución industrial, y por lo tanto cuna de la civilización tendría que ser el lugar de origen del hombre, es la lógica del imperialismo. El denominado hombre de Piltdown es una brillante falsificación, algunos se la atribuyen a Sir Arthur Conan Doyle, el creador de Sherlock Holmes. Sir Arthur, vivía cerca de Piltdown, ¡quien más podría tener el humor científico para lograr una falsificación que mantuvo ocupados a los paleontólogos por 30 años!. No se puede negar los pleitos que tenia Sir Arthur con los académicos de la época, que lo despreciaban. Otra estafa más es de origen norteamericano es el denominado Nebraska man, supuestamente descubierto en 1922.
El hombre de Java: En 1890 Eugéne Dubois descubrió fragmentos de un hombre mono fósil en Java. Se hizo hincapié en sus cualidades de antropoide más que en las humanas. Dubois lo llamó Pithecanthropus erectus (hombre mono erecto). Es este descubrimiento el que da inicio a la investigación paleontológica de carácter moderno.
El hombre de Pekín: En 1927, Black descubre en Chukutién un diente y un cráneo, el cual era parecido al hombre de Java. Este cráneo tenía unos 750 cc; y demostraba claramente que era de un hombre, no de un antropoide.
El niño de Taung, es un Australopithecus africanus. Es descubierto por Raymond Dart en 1924, en Sudáfrica, se calcula una antigüedad de 2 a 3 millones de años, el cráneo corresponde a un niño de 6 años, con una capacidad craneana de 410 cc, siendo la del adulto de unos 440cc, la posición del foramen magnum convencieron a Dart de ser una especie bípeda.
Lucy en un momento era el más antiguo de marcha bípeda a juzgar por detalles de la pelvis y del hueso de una pierna, la cual mantiene un eje semejante al de los hombres. Anatómicamente, lo que hace a los homínidos es la marcha bípeda. Lucy es un afarensis de tres millones seiscientos mil años, es el afarensis más antiguo. Lucy fue encontrada el 30 de noviembre de 1974, por Johanson, quien distraídamente, vio a un lado, y reconoció el descubrimiento más importante de su vida. Para Johanson Lucy es un ancestro del Homo por lo cual lo designó como un Afarensi, ancestro del Homo.
En cambio para Leakey el Homo es más antiguo, aún que los afarensi, siguiendo a la biología, en la separación del Homo de los chimpancés, se dio hace 8 a 6 millones de años. Lo que nos permite deducir que en muchos momentos han existido especies diferentes conviviendo juntas.
Turkana boy: Descubierto al oeste del lago Turkana, además de ser el esqueleto del Homínido más completo que se ha encontrado, es el Homo Erectus de mayor antigüedad, con alrededor de un millón seiscientos mil años.
La historia de la evolución, de los homínidos, rompe el concepto lineal de evolución, esto es el de exclusividad competitiva: dos formas muy similares no podrían existir porque competirían por el mismo nicho ecológico, dependiendo de los mismos recursos naturales. En conclusión, las evidencias genéticas indican que el chimpancé es lo más próximo a los humanos y que los homínidos se separaron de los hominoides hace seis millones de años. Si los bioquímicos están en lo correcto un homínido no puede tener una antigüedad más allá de ocho millones de años.
En 1978, Leakey al describir el cráneo Nº1813, postula que tres especies de homínidos habrían vivido en el Turkana oriental, al mismo tiempo, hace un millón ochocientos mil, y un millón novecientos mil años. El tiempo se pierde en medio de las brumas nocturnas de las aguas del lago Turkana, especies diferentes vivieron en la misma región, compartiendo espacios, de las que al final sólo una consiguió sobrevivir, dentro de las cuales surge el hombre.
Lo grácil y el carroñero
El homínido, era un ser grácil, esto es para poder sobrevivir, no desarrolló la fuerza bruta, sino que eligió, la agilidad, y por medio de ella encontró el medio de adquirir alimentos mediante la práctica carroñera. Es muy difícil, que se le pudieran asignar actividades de caza, esta es una idea, tomada de los recolectores, cazadores, actuales, los indicios de la sobrevivencia de los homínidos, nos hablan más de ser recolector y carroñero, esto es robaba comida que habían cazado otros animales, más aptos que él.
Los principales homínidos
A continuación enumeramos las principales evidencias con que se cuenta para ilustrar la evolución del hombre.
Australopithecus rámidus: Esta especie es de reciente descubrimiento por Tim White, Bernad Asfaw y Gen Suwa, en septiembre de 1994, en Etiopía. Se supone que el homínido más antiguo, data de 4.4 millones de años de edad. Presenta evidencias de un posible bipedalismo. Se recupero un 45% por ciento de restos.
Australopithecus afarensis: Los afarensis existieron hace 3.9 y 2.8 millones de años. Tenían una capacidad craneana de 375 a 500 cc. Dentro de los afarensis están los descubiertos por Donald Johanson, el primero de ellos lo descubrió en 1973 en Hadar Etiopía, en 1974, descubre el conocido con el nombre de Lucy, del cual se recupero aproximadamente un 40% de su esqueleto, resaltando la pelvis, el fémur, la tibia lo que posibilita la hipótesis de ser una especie bípeda, tenía una altura de 107 cm, siendo una especie pequeña, con 28 kilos de peso. El equipo de Johanson, descubrió en 1975 restos de lo que se ha llamado la primera familia, ya que consisten en 13 individuos de diferentes edades. En 1976 en Laetoli Tanzania, se encontró la impresión fosilizada de pisadas las cuales presentan un dedo gordo algo más separado que la del humano, lo que presupone que aún vivía parte de su tiempo en los árboles.
Australopithecus africanus: Tiene una antigüedad de 3 y 2 millones de años; es muy similar al afarensis, con una capacidad craneana de 420 y 500 cc.
Australopithecus aethiopicus: El aethiopicus existió hace 2.6 y 2.3 millones de años. Se le considera el ancestro del robustus y del boisei, es una mezcla muy primitiva y muy moderna. Con capacidad craneana de 530 cc. Este espécimen es conocido como el Cráneo Negro descubierto por Alan Walker, puede ser el antecesor del robustus y boisei, pero tiene un desconcertante compuesto de primitivo con trazos avanzados. La parte trasera del cráneo es muy parecida al afarensis. Otras característica, como la solidez de la cara, quijada y del único diente encontrado, y la gran cresta sagital en cualquier homínido conocido, son más cercanos al A. boisei. (La cresta sagital es un espinazo huesuda que esta arriba del cráneo de la cual están sujetas los músculos para masticar).
Australopithecus boisei (zinjanthropus boisei): El boisei existió hace 2.1 y 1.1 millones de años, tenía una capacidad craneana de 530 cc. Era muy similar al robustus, pero la cara y dientes de la mejilla eran todavía más grande, algunos molares en de 2 cm. atravesados.
Homo Habilis: El habilis existió hace 2.5 y 1.5 millones de años, tiene una capacidad craneana de 650 cc. El habilis sigue siendo una especie controversial. El H. habilis, “habilidoso”, se le llamó así por que se encontró evidencias de herramientas asociadas a él. Es muy similar en muchas maneras al australopithecines. Su cara es muy primitiva, pero proyecta menos, y sus dientes posteriores son más pequeños, pero aún así es considerablemente mas grande que el ser humano. La protuberancia del área Broca es esencial para el habla, es visible en el habilis, e indica que probablemente fue capaz del lenguaje rudimentario. Se cree que el habilis media aproximadamente 127 cm de estatura y pesaba como 45 kilogramos. El habilisis ha sido un espécimen polémico algunos creen que el habilis es una combinación por lo menos de dos diferentes especies de Homo .
Homo erectus: El erectus tiene una antigüedad que va de 1.8 millones a 300,000 años, tiene una capacidad craneana de 1,100 cc. considerado como el hombre de Pekín. Como el habilis, su cara tiene quijadas muy sobresalientes con grandes molares, sin barba, los surcos de las cejas muy gruesas y con un cráneo muy largo en la parte inferior. Algunos cráneos de erectus asiáticos tienen la cresta sagital. El esqueleto es más robusto que el del ser humano, implicando con una mayor fuerza. Las proporciones del cuerpo varían; el niño Turka es alto y esbelto, como algunos humanos de la misma área, mientras que algunos huesos del cuerpo, que fueron hallados, del Hombre de Pekín, indica que era mas bajo de estatura y con una estructura mas robusta. Un estudio que se realizó al esqueleto del Niño Turkana indica que probablemente el erectus era mas eficiente caminando que el ser humano, cuyo esqueleto tuvo que adaptarse para permitir el nacimiento de cerebros de infantes mas grandes. Los Homo habilis y todos los astralopitecus se encuentran únicamente en África, pero el erectus fue más disperso, se encuentra en África y Asia. Evidencias del sitio de Hombre de Pekín, indica que el erectus uso fuego y sus herramientas de piedra son mas sofisticadas que la de los habilis.
Homo sapiens (anchaic): El arcaico, es un homo sapien que aparece hace 500,000 años. Es casi un humano con una capacidad de 1,200 cc. El cráneo estaba mas redondeado que el del erectus. El esqueleto y los dientes son mas robustos que del erectus, pero más robusto que el ser humano. No existe ninguna línea de división entre el último erectus y el arcaico y la mayoría de los fósiles se hace 500,000 y 200,000 años son muy difícil de clasificarlos entre uno y otro.
Homo sapiens Neanderthalensis: El Neandertal, tiene una antigüedad entre 125,000 y 35,000 años de antigüedad. El tamaño del cerebro tiene un promedio un poco más grande que el del hombre de 1450 cc, pero esto está probablemente correlacionado con su volumen mas grande. La caja del cerebro sin embargo es mas largo y mas bajo que del ser humano. Como el erectus, tiene una quijada más protuberante y la frente y la barba alejada. Los Neardental vivían en climas fríos y la proporción de sus cuerpos son similares a las gentes adaptados al clima frío, sólidos y pequeños, con huesos cortos. Los hombres alcanzaban una estatura de 168cm. Sus huesos son gruesos y pesados y muestran signos de un fuerte ligamento de músculos. Se han encontrado un gran número de armas y herramientas, más sofisticados que los del erectus. Los Neardental son las primeras gentes que enterraban a sus muertos, sus restos se encuentran en toda Europa y Medio Oriente. La pregunta es, me lo puedo encontrar en el metro. Es nuestro pariente o no lo es. Se han propuesto tres alternativas posibles de que estos dan origen a la especie humana.
- Los neandertales una especie extinta
- como una subespecie extinta
- como un ancestro nuestro
Lo que si es claro es que esta especie convivió con nuestros antepasados directos. En esto no cabe duda vivían aun en época realmente reciente hablando de 40 a 30 mil años, esto visto desde una óptica es así mismo la época del inicio del poblamiento de América.
Homo sapiens sapiens (moderno): El hombre sapiens, aparece hace 120,000 años. El hombre tiene como mínimo 1,350 cc de capacidad craneana. Con la frente elevada afiladamente, y los surcos de las cejas son muy pequeñas y frecuentemente ausentes. Se le conoce como el Cro-Magnon (40,000). Es un artista, es el que decora cavernas en la noche demostrando su complejidad cultural. Se han encontrado implementos de hace más de 20,000 años, finos trabajos de arte en forma de herramientas decoradas, cuentas, esculturas humanas y animales hechas con marfil, barro, instrumentos musicales.
Los sapiens tienen un cerebro de mayor tamaño que los erectus. La capacidad craneana de los sapiens está entre los 1000 y los 2000 cc. El promedio para la capacidad craneana de los erectus está entre los 775 y 1225 cc.
Los sapiens tienen molares más pequeños que los erectus y los caninos de los sapiens se parecen más a los incisivos. Los caninos de los erectus son más simiescos.
Los sapiens tienen mentón. Los erectus no tienen un verdadero mentón: si bien el hueso está presente, es menos prominente.
Los sapiens tienen una cara más grácil que los erectus y un cráneo más redondeado.
Los erectus tienen huesos craneanos más gruesos.
Los cráneos de los erectus encontrados en Asia tienen cresta sagital, pero ésta está ausente en algunos cráneos de erectus hallados en Europa y África.
Los sapiens tienen dos rebordes supraorbitales separados por arriba de los ojos (órbitas), mientras que los erectus presentan una visera o reborde supraorbital único y pronunciado.
Los erectus tienen una protuberancia ósea en la base del cráneo denominada rodete occipital .
Estos son los elementos que pueden dar sentido y significado a la evolución humana, a su vez que permitirán elaborar materiales de carácter didáctico para su exposición.

Bibliografia
Gore Rick The first Steps: The Dawn of Humans. National Geographic, vol191, Nº 2, Febrery 1997 Washington EUA.
Bluemenschine Robert y John A. Cavaloo. Carroñeo y evolución humana. Investigación y Ciencia, diciembre de 1992, Madrid España.
Foley Robert. Another Unique Species: Patterns in Human Evolutionary Ecology. John Wiley and Sons, Inc., 1987. EUA.
Foley Jim . Fossil Hominids. (Jim.Foley symbios.com) Internet, puesta el 16 de Mayo de 1995.
Leakey R.E. The origen of humankind, New York: Nasic Books 1994.
Morris H.M. Scientific creationism, Santee, California: Master Books, 1974.
Trinkaus E. and Shipman P. The neandertals, New York. Alfred E. Knopf, 1992.
Walker A.C and Leakey R.E. The Nariokotome Homo erectus skeleton, Cambridge, MA Harvard University Press, 1993.
Willis Delta: La Banda de Hominidos.Ed. Gedisa, Barcelona, 1992

miércoles, noviembre 22, 2006




jueves, noviembre 09, 2006

De la Roma a Tetelpan




De la Roma a Tetelpan:
Una aproximación a la ciudad
Adalberto Zapata
Es difícil escribir libremente para un “chilango” de una generación marcada por la revuelta anarco-marxista, perteneciente a una etnia urbana que soñó transformarse en tribu, y que sólo logro ser un “aislado” en el sentido levi-strassiano.
Como deslindar la experiencia para construir una abstracción, cuando se aman con pasión las calles húmedas de una ciudad que repulsa y atrae, con una fuerza motivada por la vivencia cotidiana.
El problema se complica al estar frente a la maquina de escribir; desde los diferentes azules de los cielos de mi ciudad, surgen desbordantes imágenes en un claro-oscuro.
Ver crecer hacia la carretera de Querétaro una infinidad de fraccionamientos; recordar el Parque de los Venados hace veinte años; descubrir una nueva fauna resistente a la lluvia ácida; camellones que se desintegran para vializar las vueltas prohibidas; haber pasado noches embriagantes soñando los cambios necesarios al ombligo del mundo que es mi ciudad, México-Tenochtitlan: la he vivido desde la Roma, Cuautepec, Polanco, del Valle, Tlalpan, hasta llegar a los alrededores de esta extraña iglesia deformada por la modernidad en Tetelpan, con su Cristo negro.
Viajar en auto a Satélite, milpas suntuosos magueyes a un lado de la carretera; comer tortas y jugar fútbol en San Mateo, ver a los antiguos ejidatarios vender sus tierras para satisfacer la demanda de habitación de una clase media orientada por el suspiro de Houston, los mexyanquis, la desestructuración de la identidad vía a la modernidad desarraigada.
La ciudad de multitudes, correo mayor, con sus olores, colores y lo último el contrabando solapado; al final unos corazones jugosos en el “Edén”. Presenciar la fundación del “Tizoncito”; tomar café‚ las veinticuatro horas en el “Robin”, mirando la desnudez de una Diana enmarcada en la sobriedad del edificio de salubridad, y los leones apacibles de Chapultepec, con sus rejas verdes.
Disfrazarse de adultos para entrar al Versalles y descubrir a Fellini, así como al grandioso Orson Wells, en el CUC.
En la reunión familiar, verme en película jugar entre las vacas, que pastan en lo que sería Homero esquina Platón; de avenida Reforma anterior al periférico, recorre una selva, distinguir libélulas azules en arroyos que serían transformados en carriles de alta velocidad; caminar entre los nombres de la civilización Occidental, tomar por el camellón de Horacio, desde la antigua pista de hielo hasta Ferrocarril de Cuernavaca, irse de “pinta” estilo Kerouac en un furgón vació de tren hasta la estación de Contreras, ser parte de la multitud silenciosa del metro Balderas y Pino Suárez, esperar un sitio para descansar en vagones hechos a mano en Ciudad Sahagún.
Caminar por reforma totalmente vacía, correr con miedo por la Avenida de los Maestros, llegar al Zócalo en un acto ritual de masas; participar en sangrientas refriegas, desde el Ariel hasta Santa Julia, sitiar la militarizada México; apedrear “burgueses” de la del Valle y a granaderos en el casco de Santo Tomos; llenar botellas de gasolina que nunca funcionaron en Observatorio; en fin, estar en la fiesta pintar paredes, tomar camiones. Generación radical que se vio compactada en manifestaciones, creyendo que construiríamos una nueva utopía.
Tomar el Km 13 y caminar a mil cumbres, tras la pasión amorosa, el rock y noticias del Canadá. Recorrer las calles mojadas abordo de un viejo Peugeot 404 con un litro de Bacardi, cuatro sombras en busca del fuego que ilumina el sueño de la soledad. Viajar con fugitivos de las selvas de Vietnam, noches sicodélicas agotadoras por el rumbo de Topilejo. Descubrir la soledad en el Parque México, fumar cigarrillos que ocultan las lágrimas en la plaza de la Conchita, sentir la angustia existencial en Insurgentes esquina Sonora. Aprender a manejar en Tecamachalco y, como prueba, descender por un circuito sofisticado que va de Lomas Altas a Barrilaco. Dormitar en la madrugada en un destartalado Juárez-Loreto. De ahí a Observatorio, la prepa, el Museo de Historia Natural y el básquetbol.
Descubrir el amor en Pedro Antonio de los Santos, y el sexo en una pequeña cerrada atrás del imponente Hotel de México. Militante en Azcapotzalco, radical en la Condesa, desarraigado en el Sanborns del cine Manacar. Solitario en medio de multitudes que han perdido su identidad.
Recordar una ciudad que ya no existe, ir a caballo de la Lindavista hasta el Atoron. soñar con una ciudad de largos y despertar en la cerrada del Moral. Leer en noches afisbradas a Hegel en un cuartito en Arquímedes; a Sartre en la Escandón; a Marx en Polanco, y a Levi-Strauss en Tetelpan. Descubrir las nubes grises desde Altavista, y jugar con un telescopio a contar los anillos de Júpiter, las lunas de Saturno, ver los dorados volcanes en el amanecer escuchando a Clapton. Ser un Chilango en Medio de extranjeros.
La otra noche, en la oscuridad de la calle murió Peter el jamaiquino......la ciudad.

martes, noviembre 07, 2006

Los fósiles de Tehuacán

Los fósiles de Tehuacán

Los fósiles de Tehuacán.
Una practica sobre superficie
Son las seis de la mañana; toma el último sorbo de un fuerte café‚ me alisto para salir hacia el pequeño desierto de Puebla, donde el tiempo sembró un campo de fósiles del Cretácico Superior. Expresión de un lejano tiempo; fósiles que quedan como recuerdo de una antigua vida; extrañas formas de mantener presente una época perdida, en la noche de la alquimia geológica. Pareciera que los viejos alquimistas tenían algo de razón, la materia se trasmuta y es gracias a esta transformación que hoy tenemos recuerdos palpables de un mundo del que solo nos queda la presencia de piedras impregnadas de tierra.
Ovidio escribe en su metamorfosis que las tierras han surgido del fondo de los mares, el mar ha invadido la tierra firme, esto debido al testimonio de haber encontrado conchas marinas tierras adentro. Si bien el término de fósil es creación de Plinio, la palabra esta compuesta de tres raíces una significaría "antiguo", la otra "ser" y por ultimo “razón” para Plinio designa objetos extraídos de la tierra. Orígenes y leyendas se mezclan en una tradición extraña pero presente en su objeto.
Los contrastes de la carretera el “modernismo atrasado” de la “súper” a Puebla me pregunto porque no se le dejo un amplio camellón con árboles en el centro y a los lados y no una simple barda para beneficio de las fabricas de cemento. Creó que fue la misma lógica del desperdicio que se presenta en la ampliación de la carretera de Xalapa al puerto de Veracruz, bueno realmente al aeropuerto, en este caso se añade el interés político del gobernador, solo al puerto aéreo, para el lucimiento en la vista del “Tlatuani” en turno. Está en las afueras de la ciudad “ombligo del mundo” -México -Tenochtitlán-, se tiene la visión de una isla de cemento que se desborda y se apropia de las altitudes.
Al llegar a Puebla seguimos por las afueras, cruzamos a un lado del estadio de fútbol; antes, cuando era pequeño, sé podría considerar bello, pero ahora, ante la necesidad de un mundial, lo transformaron en un edificio de sobre puestos: hoy da la impresión de un multifamiliar, feo y grandote.
Al alejarnos de Puebla, la carretera se reduce y de autopista queda un camino de transporte pesado, con sus baches y su mal pintada carretera; el paisaje es una larga planicie que se desliza hasta llegar al limite de la meseta del Anáhuac. Es el último valle de altitud, en sus límites se encuentran los descensos hacia las costas de Veracruz y las tierras de Oaxaca, vamos hacia el terreno que conforman las lejanas sierras de la cañada.
El espíritu de aventura se pierde en medio de lo cotidiano, la postmodernidad nos aleja de los antiguos espacios de la aventura, nos encierra en un mundo de concreto petrificado, no queda nada de la “inventica” y el descubrimiento es como los espacios que se reducen a una hoja de una vieja maquina de escribir.
Los paisajes cambian, se transforman y desaparecen de la memoria. En fin, después de avanzar por un paisaje lunar donde los “órganos” forman filas de guerreros alineados en las barrancas desérticas, la carretera serpentea y nos acerca a un mundo tan distinto que pensamos que nos encontramos en otro lugar mucho mas alejado, en lugar de en las afueras de Tehuacan. Tehuacán quiere decir “lugar de culebras”, para otros significa “vamos deprisa”.
El viejo Herodoto cuenta que los sacerdotes egipcios creían que todo el valle del Nilo, hasta Etiopía había estado, en tiempos pasados, cubierto por las aguas del Mediterráneo, como lo atestiguan las conchas que se encontraban en las montañas. Es lo que espero encontrar.
Con la transformación de los paisajes, yo no logro encontrar la entrada al desierto de fósiles, es como si perdiera la memoria visual y conservara un recuerdo amorfo, sin marcas de referencia que me permita reconstruir el camino; pienso que acaso no existe el lugar, que solo es producto de un recuerdo que no logro determinar con precisión; debe haber algo que me permita encontrar el camino. Después de muchos retrasos logro el objetivo, entramos por una terracería, el polvo nos cubre con su blanco manto, me doy cuenta que el tiempo también tiene olores y sabores, no recordaba el sabor salino de la tierra y el olor de los cuerpos sudorosos.
Me enfrento a lo que los eruditos denominan un proceso de fosilización, es curioso pensar que los compuestos orgánicos de un organismo vivo sean reemplazados por otros minerales. Un proceso de sustitución molécula a molécula, si bien en forma general sólo se fosilizan las partes esqueléticas de los organismos perdiéndose los tejidos y órganos blandos. El polvo de la carretera es tan fino que empieza a entrar por todos los resquicios del auto y de mi cuerpo, lo siento en la nariz y el coche empieza a toser, se ha metido polvo dentro del carburador, hay que limpiar algunos conductos para que entre aire y lograr la carburación y su funcionamiento.
Un empujón y logramos que encienda el motor del "vocho", recuerdo mis notas, entre ellas sobre el proceso geológico que permite la fosilización: a) que los restos orgánicos se acumulen en un área de sedimentación; b) que la sedimentación se realice con cierta velocidad, para que cubra los restos en corto tiempo, evitando que se destruyen; c) que los sedimentos sean de tal naturaleza que permitan su acumulación.
Llegamos a un lecho de un río seco, caminando unos pasos y el escéptico Carlos, sobresaltado, dice “... claro, ya veo un fósil”, se agachá y lo recogió. Avanzamos unos 40 mts. hasta ubicarnos en medio del lecho; todos los que íbamos empezamos a recoger muestras diferentes fósiles. Antonio se acercó y me dijo, “bueno tienes razón, el 'ver' es una forma que se adquiere, hay que estar preparados para poder distinguir entre una piedra y un fósil, ya que tienen el mismo color pero son claramente distinguibles por su dureza y sobre todo por su forma, es simple cuando se encuentran sobre el lecho, pero me pregunto si también se encuentran en las paredes del lecho; bueno le conteste observemos; y nos acercamos a la pared, donde claramente descubrimos diferentes fósiles. Debí hacer un dibujo de los diferentes estratos que se localizan en la pared, según la recomendación de mi maestro Gandara, pero no creo que estuvieran muy claras las diferentes secuencias, como recuerdo que se presentaron en clases de Arqueología. En una visita que había hecho antes a esta zona, encontré‚ una formación de tierra y fósiles, y al verla récord‚ lo que decía Levi-Strauss sobre las estructuras, así que caminamos por el lecho a una pequeña distancia y encontramos una formación que rompía la continuidad del paisaje; era una estructura distinta que brotaba del lecho del río, era muy dura y claramente se distinguía como una estructura diferente al resto del paisaje. Con un buen golpe de mis botas pude romper un trozo y se pudo observar con mucha mayor claridad que en verdad era una estructura formada por fósiles y tierra compactada, los fósiles eran de diferentes tamaños, como de cuatro especies diferentes, pero algunas muy deterioradas; el hecho me lleno de alegría, sí, en forma afirmativa dentro de la homogeneidad de la superficie, brotan estructuras, reconozco mi ignorancia y en ese momento sentía unas ganas de conocer mas de paleontología, saber distinguir las diferentes especies y clases y así poder usar mas claramente los distintos fósiles. Si bien la mayoría que encontramos son los gasterópodos, los cuales son moluscos en su mayor parte acústicos y marinos. La concha de los gasterópodos, es de una sola pieza, y tiene la forma de un cono, que se suele enrollar en hélice alrededor de un eje en un cierto momento de vuelta, distinguiéndose la última vuelta del resto: que se denomina espina y termina en punta en el vértice. Que teórico me puse, al menos me sentía acompañado de un grupo de alumnas que me movían el marco de referencia con gran facilidad.
Al rato, cansados de recoger muestras, y ver correr un conejo, me senté‚ y medite, de alguna forma había comprobado mi argumento, la idea que había expresado en el salón de clases de que existían zonas donde se podía recoger a nivel de superficie fósiles, concordaba con la lectura del texto de Lucy; por otro lado, era cierto que el problema de ver era esencial no sólo para el paleontólogo o el Arqueólogo, sino fundamentalmente para el etnólogo, lo esencial en la práctica de campo era estar dispuesto a ver lo que uno quería ver, no porque se lo imagina, sino porque uno encuentra lo que busca. Eso me llevó a meditar en cómo las ciencias construyen sus andamiajes teóricos, paso a paso, construyendo respuestas, pero lo esencial era tener preguntas claras para poder encontrar respuestas; es como un “continum” de preguntas que permitieran construir respuestas y al menos en estos momentos, en medio de ese perdido desierto, era claro que se podían dar muchas respuestas, pero que se requería trabajar mas sobre nuevas preguntas referidas no sólo a las distintas especies de fósiles, sino que se requería pasar a nivel de clasificar lo que estábamos recogiendo y sobre todo, darle una explicación saber a que especies correspondían, a qué periodo pertenecían, sus nombres científicos, su tiempo histórico, etc.; creo que eso es lo más difícil de lograr, pero no era mi objetivo; en fin, después de todo era una buena práctica del ver, que era mi objetivo, mas que desarrollar la ciencia de la paleontología, me sentía contento, después de meses de estar en el encierro escribiendo sobre las notas de Sigüenza y tratando de entender el significado del calendario mesoamericano, salía a la aventura, un poco desorganizada, un poco a la fuerza ya que había dado mi palabra y sobre todo, había dado la idea de que los libros en muchas ocasiones, nos incitan a salir no sólo en forma de un paseo, sino para acercarnos a campos que uno no maneja porque no son los propios, pero aún así nos permiten comprender frases que se dicen y se aceptan sin ningún planteamiento critico; cuál es la veracidad, en dónde se puede descubrir lo real; así como los antiguos viajeros descubrieron sus mundos, en la vieja Etiopía localizan a "Lucy", y la lectura nos acerca a un campo desconocido para todos pero que a la vez nos permite corroborar las ideas que había expuesto: existen estructuras claramente diferenciadas no producto de la imaginación de gabinete, sino reales, tangibles que estaban ahí y que podíamos ver con nuestros propios ojos. Esto me llenaba de alegría, después de todo comprobaba que la actitud de un profesor debería de estar no sólo en la reflexión abstracta, sino en el acercamiento a una realidad que se encuentra presente frente a uno y que no hay que dejar pasar.
Después de todo era una simple comprobación de una idea lo que nos había llevado a regresar a ese miserable campo de fósiles en Puebla, en fin, después del cansancio de las pesadas horas de la manejada, recordaba esa sensación de soledad que es mi cotidianidad. Era agradable completar este regreso a la escuela acompañado de estudiantes, si bien tanto ellos como yo nos sentíamos ajenos, sumamente alejados del mundo; es curioso, pero la edad cronológica es importante para los procesos de aprendizaje después de todo: el mundo se desenvuelve de una manera que acerca momentáneamente a las personas y después las aleja de una forma inequívoca; me siento tan alejado de mis compañeros, ellos se acercan con la alegría de su juventud a lo nuevo, descubriendo todo, yo sólo puedo alegrarme de que confirmo lo que tiempo atrás había encontrado, es diferente la alegría. Cuántas cosas son‚ que eran novedosas para descubrir al poco tiempo que eran cosas ya sabidas; en fin, se puede profundizar, pero es difícil encontrar palabras para describir la sensación de alegría cuando uno descubre una nueva idea, como que el tiempo confirma que la cultura occidental son sólo pies de páginas de los clásicos griegos. La adultez implica no sólo distancias cronológicas, distancias que alejan a las generaciones unas de otras pero que marcan distancias. Ellos conservan la frescura de la recepción, están abiertos a nuevas inquietudes, a descubrir que existen la posibilidad de “descubrir” hechos nuevos en el mundo. Se vive en continuas transformaciones, existen pensamientos rígidos que impiden el conocimiento, pero lo valioso es que el hombre debe mantenerse en constante movimiento, no sólo física, sino mentalmente, así se transforman las abstracciones en momentos de felicidad de la empiria. Si no se convierte uno en un obstáculo epistemológico. Triste fin de las cronologías. me pregunto, cual es el sentido del ver, para la etnología es uno de sus mecanismos más valiosos. Siempre que lo observado sea transformado en un hecho social.

sábado, noviembre 04, 2006

Mezcaltitlán

Etnología Mesoamericana


Mezcaltitán
Adalberto Zapata
El presente escrito intenta dar una descripción de la celebración del ritual de una misa, llevada a cabo el 25 de diciembre, en la población de la albufera de Mezcaltitán, Nayarit en 1983.
El recorrido desde Michoacán a Guadalajara lo hicimos en auto. Llegamos a la frontera etnológica de Mesoamérica, es decir, nos internamos en la cuenca del lago de Chapala, cruzando el río Lerma por la Barca, Jalisco, antes de Poncitán; dos perros surgieron en la carretera, nosotros tuvimos que detenernos y el de color café‚ oscuro se desplazó muy dignamente por la carretera aullando, regreso a la cuneta tras de recorrer un trecho del camino. Presagios no comprendidos en ese tiempo En Guadalajara se queda el coche, totalmente destruido, a causa de la borrachera de un vendedor de carreolas para niños.
Salimos de Guadalajara a Tuxpan en autobús el 24 de diciembre llegamos el 25 en la madrugada, bordeando el río San Pedro.
El desayuno en Tuxpan fue en el mercado en un puesto de madera, creó que el único abierto, en una ciudad que aun no despierta de la fiesta del 24, en el que vendían carne de puerco asada con frijoles, acompañados de blancas tortillas, en lugar de cubiertos, el puesto lo atendían tres hermosas hermanas, jóvenes morenas, el cabello les cubrían en parte la cara en la sobresalía una sonrisa, coqueta que surgía a la menor provocación.
Acostumbrándonos a la “hora del pacifico”, y en espera de una “corrida tropical”, único medio de transporte hacia la isla de Mezcaltitán, vagamos por las calles, que se encuentran llenas de haditas blancas, saltando, gritando ( bueno al parecer, al medio día hubo uno primera comunión masiva o puede ser que esas niñas de entre 7 y 11 años, llevaran flores anunciando la nueva del niño que acaba de nacer, pues era el 25 de diciembre. Nuestra búsqueda de las “corridas tropical”, nos condujo a una refresquería juvenil, que era una especie de galerón de madera en la calle principal, pintado de verde, con posters de “ídolos” juveniles (menudo, etc.) con una sinfonola en el centro de la cual salían canciones mestizas con cierta influencia de blues. La dependiente, una mujer gorda de unos cuarenta y cinco años me sirve un refresco totalmente desconocido, tengo que reconocerme chilango, nunca he visto un Toní-Col.
La estación de los “Tropical”, se localiza enfrente de un puesto hecho de tablas, el techo es de paja circular y las mesas de madera, en él venden tostadas de camarón, y hay que mandar a comprar a un niño las cervezas a una tienda distante, las cervezas son pacifico, embotelladas en Mazatlán.
Un viejito interesado por los fuereños nos informa que sólo hay dos corridas a Mazatlán, una a las seis de la mañana y la otra a las dos de la tarde; que la distancia es de 30 Km, pero “la corrida hace dos, dos horas y media” y al llegar, sólo se quedan cinco minutos y se regresa. Ya es pasado de medio día, otras personas nos dicen que ahí no hay hoteles, y que no tendríamos como regresar, que mejor salgamos la mañana siguiente a las seis.
Una anciana de cabello canoso, se acerca con su nieta y nos dice que en la isla no hay problemas, cualquier persona nos puede hospedar y si no podemos acudir a la iglesia.
Decidimos correr el albur. Nos sentamos en una tabla que va montada sobre el chasis de una Dina 600 con cambio múltiple, pero sólo le funciona el sistema de encendido. El techo es de madera sin resguardos laterales; es decir, el viaje lo hacemos a la intemperie lateral, desde una altura apreciable, lo que permite una visión general de la carretera, agua por uno y por otro lado del camino, las tierras del mítico Aztlán-Aztlatán. Recuerdo la leyenda de la peregrinación de los tenoscas en búsqueda del lugar primigenio, ahora, yo voy hacia ese sitio perdido en la leyenda.
El camino se inicia cruzando el río San Pedro, de ahí el Tropical toma la carretera que va bordeando terrenos de cultivo, principalmente Tabasco, tierras de riego.
Un campesino se sienta a mi lado, y me va platicando que los árboles que veo son sembrados para controlar el aire e impedir que el polvo se desparrame por los cultivos.
Los terrenos de cultivo van quedando atrás; en un momento dado, nos encontramos con agua a uno y otro lado; garzas, patos y otras aves se mezclan con matorrales acuáticos. El camino es casi de la anchura del camión; avanzamos casi una hora, cruzando pantanos, al final del camino se encuentra un muelle, donde están estacionados cuatro o cinco vehículos.
Cruzamos del muelle a la isla en una lancha de fibra de vidrio, nos lleva un hombre, vamos acompañados de cinco o seis personas que venían también de Tuxpan, con nosotros, la plática estriba en que “Memo” -el conductor del camión-estaba enojado; hay que pagar 30 pesos por pasar a la isla.
Al descender, ya en Mezcaltitlán encontramos una pequeña plataforma, que sirve de muelle, las banquetas del pueblo son estrechas, con escalones a trechos, pues se encuentran a m s de un metro de altura, estos niveles dan idea de la altura que llegan a tener las aguas en tiempo de lluvias.
Al llegar a la primera esquina, se ve un letrero que dice "Calle Venecia". En la esquina esta una revolvedora de acero, con un motor islo de gasolina, la calle Venecia es la calle circular de la isla.
No habíamos comido, y dos de los tres restaurantes del lugar se encuentran en la orilla del lago; al terminar de comer-jaibas-, salimos a uno de los muelles y de ahí vimos pasar una lancha con ocho muchachas muy jóvenes, adolescentes, que cantaban canciones de amor, caía la tarde y el mito de las diosas lunares, resplandecía en las aguas platinadas del lago.
Al darnos cuenta de que obscurecía, regresamos al “centro” del pueblo, donde una cantidad enorme de nichos jugaba en la plaza. Hablamos con el cura, quien se disponía a dar misa.
Después de haber acordado con ‚él que pasaríamos la noche en su casa, nos sentimos comprometidos a asistir a la misa.
El sacerdote vestido con una sotana blanca, y en el altar una enorme estatua con fondo azul, de San Pedro; mi primera impresión fue que el San Pedro tenía cierto parecido con el cura. Este era joven, 34 años, con 10 años de haberse ordenado y oficiar siempre en pequeños poblados, de Chiapas y de Jalisco, y con ya tres años en Nayarit, en Mezcaltitlán y sus alrededores, todas pequeñas poblaciones, todas comunicadas por vía acuática.
En varios sitios de la Iglesia, debajo de una imagen del Sagrado Corazón, había unos cuadernitos en los que estaba impresa una especie de guía de la misa. La realización del ritual se desarrollo siguiendo al pie de la letra el cuadernito, solo se le agrego un comentario sobre la pesca, actividad principal del lugar. Habría que resaltar que si bien el cura usó un “Ranson”, con micrófono Phillips, el canto de la misa se perdía por el sonido de la cantina, que se encuentra cruzando el parque que esta frente a la iglesia.
Los asistentes eran en su mayoría mujeres tanto jóvenes como mayores, quienes seguían al cura en sus cantos. En la cantina había mayor proporción de hombres, todos bebían cerveza en grandes cantidades.
Al llegar al momento de “la Paz”, en el desarrollo de la misa, les dimos las manos a unas adolescentes que estaban delante de nosotros y, al voltear vimos a tres individuos, que por su vestimenta, me dio la impresión de que eran de las personas importantes del pueblo; nos miraron y nos dieron “la Paz”.
Al finalizar la misa vagamos por el parque. Como a las ocho y media, el cura nos llevo a su casa, siendo esta una de las pocas, si no, la única casa de dos pisos, limpia, grande pero sin agua, el cura nos dice que los pescadores con las hélices de sus lanchas rompen el tubo que lleva agua potable a la isla. El cura, enfermo de la garganta, se queja de la población, después de las 10 de la mañana terminada la pesca, los hombres se dedican a beber cerveza. El cura quiere regresar a Chiapas, se siente derrotado ante la indolencia de sus feligreses.
A la mañana siguiente, el hombre que nos cruzó hacia el muelle de tierra firme, nos comenta que había mezcaltitecos, en “todo el mundo”, que los había en la Ciudad de México, Guadalajara y hasta en los Ángeles. También comentó, que en la isla había más mujeres que hombres y que toda la población era descendiente de seis o siete familias que con los años se habían mezclado entre sí, comentarios que se quedaron flotando en una isla de mitos, que se inventan y reinventan, de diosas niñas, femeninas con el candor de la pureza, pero con un Santo (San Pedro) como patrón del lugar.